Llegamos a Suva por la mañana, después de navegar las últimas millas a motor por la falta de viento y tras engrasar el cojinete dañado a pocas revoluciones. Tras pasar los trámites de aduanas, fui sometido a un pelado, que ya era necesario y que Antonio realizó con mucho arte, con los instrumentos que había comprado en una típica tienda china.
Al principio del trabajo
Después del peladoEl día lo dedicamos a recorrer la ciudad, especialmente su mercado, después de comprobar en diferentes sitios que no había un cojinete de repuesto como el que necesitábamos. No nos queda más remedio que esperar a que llegue el que viene de Holanda.
Flota pesquera de barcos chinos
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