lunes, 23 de enero de 2012

CABO DE HORNOS

La aventura de la travesía del Cabo de Hornos era una de las asignaturas pendientes, y puedo decir que fue aprobada con nota muy alta superando las expectativas que en principio teníamos.
Salimos desde el puerto de Usuhaia el dia 4 de Enero en el velero Tari II, un barco construido en aluminio de 12 metros de eslora, aparejo sloop con obenques reforzados y bien pertrechado para navegación en estas latitudes. Su patrón Micki de nacionalidad argentina y con gran experiencia de navegación en la zona - mas de 30 navegaciones a través de Hornos - nos demostró que su experiencia era fundamental para realizar esta travesía.
El primer día navegamos por el canal de Beagle hacia Puerto Williams a unas 26 millas y situado en la parte chilena del canal. Una vez atracados en el pontón, las autoridades nos informaron de que el puerto estaba cerrado por previsión de temporal y que más tarde nos indicarían si podríamos seguir la travesía al dia siguiente.
Nos permirtieron salir hacia Puerto Toro a unas 25 millas, todavía por el canal de Beagle. Tuvimos viento de mas de 30 nudos con aguanieve, aunque con poca ola al estar protegidos dentro del canal.
El tercer día salimos temprano pues teníamos previsión de viento del suroeste por la tarde y debíamos aprovechar pasar la bahía Nassau, con más de 25 millas de mar abierto, antes de que éste se entablase.
Llegamos a las islas Wollaston con muy poco viento y decidimos continuar hacia el cabo pues estaba sólo a unas 15 millas. La previsión de viento del suroeste se empezó a cumplir cuando ya estábamos a unas 10 millas del Cabo y fue aumentando de intensidad hasta superar los 40 nudos, aunque era manejable al recibirlo por la aleta. A unas 5 millas del cabo, con el viento aumentando y después de varias orzadas que tumbaron el barco no hubo más remedio que bajar la vela mayor, operación bastante arriesgada que realizó Micki, teniendo que ir al palo, conmigo a la caña. Cruzamos el Cabo navegando sólo con una pequeña parte del génova y con el barco planeando en las olas que ya se habían formado, con una altura de 4 ó 5 metros.
Después de cruzarlo y estando a sotavento de éste, el viento siguiío aumentando superando en algunos momentos los 50 nudos y como nuestro rumbo hacia la caleta Martial era más cerrado, tuvimos que enrrollar el génova y sacar una mínima parte de la trinqueta que, con la ayuda del motor, nos permitió llegar a la caleta Martial donde fondeamos con alguna dificultad pues el viento seguía soplando a más de 40 nudos.
El regreso, con paradas en Puerto Toro y Puerto Williams, fue más suave y fueron momentos de relajación y de conocer gente interesante, como "Papito y su familia en Puerto Toro" y los navegantes que se reúnen en el "club naval de yates Micalvi", que desde luego puede decirse que es el más austral del mundo.
La tripulación. Robson (brasileño), Emilio, Antonio, Fernando y Pepe, los españoles.

Vista de la bahía de Ushuaia
Navegando por el canal de Beagle
Pantalán del club de yates de Ushuaia
Club de yates Micalvi

Canal de Beagle con los Andes al fondo
Puerto Williams
En el canal son frecuentes los vientos catabáticos
Recibimiento en Puerto Toro de "Papito" y su hija
La isla de los Cormoranes
Albatros en las islas Wollaston
Llegando al Cabo
El Cabo por la amura
Todavía con la mayor arriba

El Cabo por la aleta
Fernando a la caña
Navegando sólo con un poco de génova
El Cabo por la popa
Micki con la VHF conectó con el Alcamar del Cabo que nos informó de que, en su situación, tenía rachas de viento de 80 nudos
Llegando a caleta Martial
Celebración con vino marca "El fin del Mundo"
Con Micki, relajados una vez fondeados

Capilla en Puerto Toro donde sólo hay 14 habitantes
Puerto Toro
Lo que quedó del barco de "Papito"

En Puerto Williams, catamarán con el que están dando la vuelta a Sudamérica
Fraia, la alemana que está dando la vuelta a Sudamérica en una pequeña canoa, en el Micalvi

La canoa de Freia